Curadores heridos
- Katherin Rendón
- 30 mar 2018
- 2 Min. de lectura
La psicología se ha vuelto un tema de gran revuelo para nuestra historia actual, las personas disfrutan etiquetando a otros de locos, cuentan chistes sobre al nivel de estrés de los trabajadores e incluso algunos utilizan términos como neurótico o maniático para referirse a sus propios vecinos. Esto tiende a ser algo peculiar, el temor por asistir a una consulta se ha mitigado por la cantidad de literatura en el mercado, libros de autoayuda que para algunos que no leen con atención les genera un pensamiento imaginativo como un experto en el área psicológica, por lo tanto ya es común encontrar en los pasillos a diversos usuarios comentando estos temas, se ha cambiado el temor a Io desconocido, por el deseo de conocer.
Muchos tienen curiosidad por saber qué se encuentra detrás de aquella puerta con
pintura blanca en Ia cual se detalla la placa de psicología, por el conocimiento de la mente
humana y el deseo de saber qué existe realmente en el pensamiento; son estos especialistas en el área del comportamiento los que en algún momento se ubicaban en pasillos de recintos universitarios, aquellos que al igual que todos en Ia historia llegaron con un propósito, ¡Salvar vidas!.
Ahora ustedes dirán que la psicología no salva vidas, pues eso en teoría es cierto, sin embargo esta especialidad se encargó de cambiar el estetoscopio por los oídos, la colocación de vías para un tratamiento por la confianza en el cumplimiento del mismo, el medidor de frecuencia cardiaca por los relatos del paciente y algunos la bata blanca de doctores por la bata de psicólogos, no somos tan diferentes de algún estudioso del área médica cuyo deseo era salvar seres humanos.
Aun sin poseer implementos médicos, seguimos salvando vidas, y es que esta expresión tan vaga y a la vez fantasiosa consiste en algo muy sencillo, ¡Sanar el alma!. Como psicólogos ayudamos a que estas personas consigan el equilibrio necesario para que nuevamente tengan una vida plena. Esto es Io que hace la terapia, un estudio del comportamiento, una reestructuración cerebral del ser humano, en donde se busca equilibrar los deseos, el pensamiento y las nomas sociales, para que el usuario observe sus fortalezas y no sus debilidades.
Sin embargo a pesar de ser estudiosos y especialistas de la conducta humana, no poseemos una varita mágica que elimine los problemas en dos o tres consultas, pero si podemos ofrecer herramientas que generen un cambio, un motivo que los haga seguir con su vida; esa quizás sea la magia conseguida detrás de la puerta blanca, son justo esos llamados curadores heridos los que decidieron ser partícipes de la vida de ustedes, del paciente.
Ellos que han decidido dedicar sus vidas a todos aquellos que necesitan apoyo, herramientas y Ia generación de un equilibrio; puesto que el paciente es como un edificio en llamas, en el que el psiquiatra es el encargado de apagar el fuego, pero el psicólogo será aquel que se encargará de reestructurar el edificio.
Por lo tanto lo importante no es lo que se encuentre detrás de una puerta, en una terminología de especialistas de la salud mental, sino poseer la capacidad de saber lo que realmente necesitas conseguir.

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